lunes, 8 de agosto de 2011

Entrevista con Dos grandes de La Salsa: Ismael Miranda y Cheo Feliciano

Por:
Davina Ferreira
Hay artistas que representan una época o un ritmo. Y hay otros que marcan la historia de una cultura,  definiendo así  las tradiciones culturales y musicales de varias generaciones. Dos de estos artistas son: Ismael Miranda y Cheo Feliciano.  Sentarme a entrevistarlos  en exclusiva  desde Medellín, durante La Feria de las Flores, fue hacer un recorrido magistral por la genealogía del género de La Salsa en el esplendor del Spanish Harlem. Héctor Lavoé, Ismael Rivera, Andy y Larry Harlow, Willie Colón, todos en un mismo lugar, en una misma conversación. 
En el restaurante del Hotel Dan Carlton de Medellín primero me recibió el Sr. Ismael Miranda. Sencillo, vital y alegre,  habló de  aquellos tiempos inolvidables, cuando a los 19 años fue descubierto, y de  su trabajo con Larry Harlow: “Yo era muy joven, y ya estaba rodeado de los grandes músicos de la época.”  “El Niño Lindo de la Salsa,” como pronto le llamarían, se convirtió en el integrante más joven de la Fania All stars. 
Ismael Miranda, ha visto muchas cosas y hay algunas que jamás olvidará, como las noches que pasaba en la casa de Héctor Lavoé, cuando tocaban en algún concierto y cuando ya era tarde y les agarraba la noche en algún lugar luego de cantar, se iban algunos días para su propia casa y los otros para la de Lavoé: “En aquellos días siempre nos manteníamos juntos.” Declaró el artista con un aire de nostalgia.
 Sobre Héctor Lavoé, uno de sus “ mejores amigos,” Miranda  recuerda a  un hombre lleno de vida, siempre contando chistes y  con una sonrisa, pero lo que más le hace sonreír es  recordar que fue él ,  quien  le presentó a “ Puchi,” su esposa , pero que primero ella fue su novia: “ Puchi fue mi novia primero y luego yo se la presenté a Héctor y se casaron,” comentó el artista con una sonrisa.
Por eso durante su experiencia como actor en la película “ El cantante,” donde interpreta al padre de Héctor Lavoé dice: “ Viví momentos inolvidables. J Lo y Marc Anthony se portaron muy bien conmigo.” Entre carcajadas recuerda cuando llegó al set de grabación con todas sus líneas memorizadas en Inglés y de improvisto le dijeron que lo harían todo en Español.
Actualmente, Ismael Miranda se declara un fiel cristiano, confirmando lo que hace varios años dijo en una entrevista: “Cuando Dios nos da un don, nos lo da perfecto,” creencia que sostiene como pilar de su éxito y  lo mantiene firme: “He pasado por momentos muy difíciles en la vida, como todo el mundo, pero Dios al final, siempre tiene una misión para cada uno de nosotros,” reveló el artista.
 Miranda, está emocionado en esta nueva etapa de su vida: “ Estoy trabajando en un disco de canciones cristianas al ritmo de la salsa con mensajes sociales y espirituales, y también en un documental y un libro sobre mi vida que serán parte una campaña anti drogas que estaremos lanzando próximamente en Puerto Rico, Latinoamérica y Los Estados Unidos.”

II.
Cheo Feliciano, a sus 76 años irradia vitalidad y alegría. En una mañana muy soleada, Cheo Feliciano me  recibió  sentado con sus amigos en la piscina del Hotel Dan Carlton de la ciudad de Medellín,  en  una escena digna  de una película del jet – set de la salsa. Sin embargo, si hay algo que caracteriza a este sonero de corazón romántico, es la humildad con la que me recibió, luego de su exitosa presentación en la Feria de las Flores la noche anterior.
Cheo Feliciano tiene, como es de esperarse, muchas memorias. Memorias de una época que muchos conocen como " El tiempo de oro de la Salsa.” Pero sobretodo de aquellos tiempos en su  Ponce natal en Puerto Rico, donde tenía un vecino que fumaba y escuchaba música clásica todos los días y a quien Feliciano recuerda con cariño: “Todas las tardes él se sentaba a fumar y a escuchar a los grandes como Mozart, eso no era común en el barrio y un día me sorprendió viéndolo, sintió mi curiosidad y me dijo: Ven para acá, veo que te gusta la música.” Recordó Feliciano.
 En su casa, la energía del amor y la música fueron su mayor influencia: “Mi padre es mi mayor inspiración y hoy tiene 102 años. Añoro esos días cuando él  y mi madre se cantaban boleros, él cantaba una línea desde la cocina y ella le respondía desde la habitación.” Narró el artista.
  Sobre el giro que tomó juventud a su llegada a  Nueva York dijo:   “Yo venía de vivir en Ponce, Puerto Rico, de nuestra casa en el barrio y  llegué a Nueva York y comencé a vivir al lado del edificio más alto del mundo, El Empire State Building, eso para un joven es muy confuso. Ahí fue donde me confundí  y  tuve mis  problemas  con las drogas.” Comentó el artista.
 La adicción a la heroína casi le costó su carrera y su vida, pero  luego de un tiempo de ausencia se recuperó, por lo cual  ahora  le gusta llevar el mensaje anti- drogas a las generaciones más jóvenes¨: “Si yo  pudiera volver a ser joven, pero pensara como lo hago ahora,  nunca me hubiera metido con las drogas. Por eso, yo le digo a los jóvenes que no importa su situación en la vida pueden salir adelante con perseverancia y teniendo un sueño, que Dios nos hizo perfectamente equipados  para ser triunfadores en la vida sin necesidad de algo externo a nosotros mismos.”
Al preguntarle sobre el secreto de su vitalidad al subirse a un escenario a su edad y seguir en su carrera comentó: “Yo le doy gracias a Dios todos los días por todo lo que me ha dado y  me gusta ponerme a escuchar el sonido de los pájaros, la música es bella, la música es vida… y eso me mantiene vivo.”

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